Uno siempre dice que todas las cosas pasan por algo. Bueno, aquí les dejo una historia que le hace gran honor a la frasecita esa.
Creo que fue un viernes. Iba en la camioneta de mi trabajo, volviendo a Valparaíso después de haber repartido todo. No se por que ese día quise cambiar la ruta e irme por la costanera de Viña. En medio de la "tranquilidad" del recorrido, divisé a un ciclista viajero! Tenía un carrito también y una bicicleta de muchos colores! Así que avancé hasta donde podía estacionarme y lo esperé para hablar con él. Tenía que hacerlo.
"Mi nombre es Claus y soy de Austria", me dijo en un pobre español, antes de contarme un poco sobre su viaje desde San Francisco, California, hasta acá. Me mostró algunas fotos y bueno, sentía la necesidad de hacer algo por él. No se como poder explicar esa sensación, pero está bien así. Le dije que se esperara un poco por que le iba a preguntar a mi hermana por teléfono acaso podía alojarlo por esta noche ya que yo no tengo espacio para otra persona. Llamé y ella aceptó con mucho gusto. Le hice un mapa en un papel para que supiera como llegar y nos despedimos.
En la tarde me fui a la casa de mi hermana y allí estaba Claus. Antes de saludarlo siquiera me dijo: Hey! Me robaron mi cámara! Mas que por la cámara en si, estaba bastante triste por las fotos que tenía en ella. Maldito Valparaíso.
Dias después nos fuimos de viaje a Laguna Verde, una playa cerca de acá. Aprovechamos de conversar bastante. Me di cuenta que también escapaba de algo. Algo que a finales de octubre lo hizo volver a su país.
Entre conversa y conversa me dijo de la nada que me regalaría su bicicleta, por que era imposible llevársela de vuelta a Austria. Mi reacción fue:
- "¿¿¡¡Queeeeee??!! Como se te ocurre!!".
No se si ustedes hubiesen tenido la misma reacción, pero en ese momento pensé:
- "Como voy a tener dos bicicletas!? Me voy de viaje y eso implica deshacerme de una. La mía ni cagando, por que es mi regalona, me siento muy bien en ella y como me voy a viajar con la flaca, voy a tener que dejar la bici de este weón en Conti (Constitución. Donde viven mis papás) abandonada. Una bici como ella no se merece eso."
Ahora bien, Claus me argumentó que le tenía mucho cariño a su bici, pero ella era una "cosa", algo material y que tenía que pagar sobreequipaje por ella en el aeropuerto, dinero que no estaba dispuesto a pagar. Además, que no había un candidato mejor que yo para que me quedara con ella.
Días y días pensando en eso, hasta que le dije que estaba bien; me quedaría con ella. Lo iría a dejar al aeropuerto el día de su vuelo para despedirlo y recojer a la bici.
Claus luego de una semana ya se fue rumbo a Santiago. Estando ya un poco mas tranquilo, quise digerir un poco todo lo que había sucedido esa semana, pero no. Yo no se si entendí mal el asunto, o que, pero Claus me decía que me tenía que llevar el paquete completo, o sea, bici + carro. Me molesté un poco. Sentí que lo único que quería era deshacerse de algo que le estorbaba.
En fin. Me fui al aeropuerto el día de su vuelo. No sabia si aceptarle el carro, pues con algo de recelo le acepté la bici y cuando lo veo, luego de saludarme, me dice:
- "Si no te llevas el carro, lo dejo tirado acá en el aeropuerto".
Ese fue el momento que dije "Ok. Me lo llevo".
- "Tómalo como regalo de cumpleaños". Me dijo.
Esa noche me tocaba dormir en el aeropuerto, y cuando Claus se fue, sentí complicidad entre la bici y yo. Se que suena estúpido y que pocos podrán entender, pero así fue.
Y en fin. Ella es Colores, mi nueva -vieja- bici. Mi nueva compañera de viajes y aventuras. Puede que haya estado escrito o no, o que sea parte del destino, o que se yo, pero casualmente algunos meses antes, creaba este blog con un nombre bastante conocido ahora: Un Viaje en Colores.
Que bonita coincidencia, no creen? :)
Dias después nos fuimos de viaje a Laguna Verde, una playa cerca de acá. Aprovechamos de conversar bastante. Me di cuenta que también escapaba de algo. Algo que a finales de octubre lo hizo volver a su país.
Entre conversa y conversa me dijo de la nada que me regalaría su bicicleta, por que era imposible llevársela de vuelta a Austria. Mi reacción fue:
- "¿¿¡¡Queeeeee??!! Como se te ocurre!!".
No se si ustedes hubiesen tenido la misma reacción, pero en ese momento pensé:
- "Como voy a tener dos bicicletas!? Me voy de viaje y eso implica deshacerme de una. La mía ni cagando, por que es mi regalona, me siento muy bien en ella y como me voy a viajar con la flaca, voy a tener que dejar la bici de este weón en Conti (Constitución. Donde viven mis papás) abandonada. Una bici como ella no se merece eso."
Ahora bien, Claus me argumentó que le tenía mucho cariño a su bici, pero ella era una "cosa", algo material y que tenía que pagar sobreequipaje por ella en el aeropuerto, dinero que no estaba dispuesto a pagar. Además, que no había un candidato mejor que yo para que me quedara con ella.
Días y días pensando en eso, hasta que le dije que estaba bien; me quedaría con ella. Lo iría a dejar al aeropuerto el día de su vuelo para despedirlo y recojer a la bici.
Claus luego de una semana ya se fue rumbo a Santiago. Estando ya un poco mas tranquilo, quise digerir un poco todo lo que había sucedido esa semana, pero no. Yo no se si entendí mal el asunto, o que, pero Claus me decía que me tenía que llevar el paquete completo, o sea, bici + carro. Me molesté un poco. Sentí que lo único que quería era deshacerse de algo que le estorbaba.
En fin. Me fui al aeropuerto el día de su vuelo. No sabia si aceptarle el carro, pues con algo de recelo le acepté la bici y cuando lo veo, luego de saludarme, me dice:
- "Si no te llevas el carro, lo dejo tirado acá en el aeropuerto".
Ese fue el momento que dije "Ok. Me lo llevo".
- "Tómalo como regalo de cumpleaños". Me dijo.
Esa noche me tocaba dormir en el aeropuerto, y cuando Claus se fue, sentí complicidad entre la bici y yo. Se que suena estúpido y que pocos podrán entender, pero así fue.
Y en fin. Ella es Colores, mi nueva -vieja- bici. Mi nueva compañera de viajes y aventuras. Puede que haya estado escrito o no, o que sea parte del destino, o que se yo, pero casualmente algunos meses antes, creaba este blog con un nombre bastante conocido ahora: Un Viaje en Colores.
Que bonita coincidencia, no creen? :)
Claus, yo y Colores. |
me puse a ver como iba tu viaje y me encontré con esto! está bueno!!. Lo de la bici y el carro no es casualidad, olvídate! yo cuando estaba por venirme a Argentina (o cuando lo decidí) me pasaron mil cosas TIPO COINCIDENCIAS que fueron pavimentando el camino, yo hice lo que tenía que hacer en cuanto a papeles y esas cosas pero todo el resto se fue dando naturalmente, así pasan las cosas cuando tienen que ser, lo aprendí!! yo aún no decido seguir el viaje, será porque ahora no estoy sola y me da un poco de miedo partir con Lauri y nada más... Chifla cuando estés acá!
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